Se convirtió en un cuartel de oficiales en 1881 por el ejército español. El edificio se convirtió más tarde en un museo de artesanía puertorriqueña. Hoy opera como una guardería para los hijos de empleados del gobierno de Puerto Rico. Desde fuera recuerda a una de las casas típicas que se pueden ver en el Caribe.
Esta hermosa casa bien restaurada es el sueño de todos los fotógrafos. Esto es así tanto por su interesante arquitectura como por el color rosa, tan característico en sus fachadas. Por la noche, los suaves tonos del color rosa realmente cobran aún mayor importancia. Gana mucho con la iluminación exterior, por lo que merece la pena pasarse cuando oscurece. De hecho, las fotografías en ese momento del día también son muy apreciadas.
Visitar la Casa Rosa de San Juan
Por lo general, el público no puede ingresar a la Casa Rosa. Sin embargo, si se pide con amabilidad, es posible tener la suerte de ser admitido. La Casa Rosa debe ser parte de cualquier recorrido a pie que los visitantes puedan realizar en el viejo San Juan.
Por ejemplo, se puede ir a ver después estar en la Casa Blanca, que queda bastante cerca. También se puede ver si caminamos el Paseo del Morro y entramos por la Puerta de San Juan. En ese caso, habrá que caminar sobre el recinto amurallado unos minutos hasta alcanzar el edificio. Desde allí, las vistas de la Bahía de San Juan son espectaculares. Merece la pena acercarse para tomar fotografías, especialmente durante el atardecer.